Que Shakespeare me perdone. Tomo su célebre cita (y no es la primera vez) para ilustrar mis dudas sobre qué es y qué no es Street Photography. El tema es tan manido y por momentos tan absurdo que no creo que valga la pena insistir demasiado en él, pero no puedo resistirme a hacer un par de reflexiones (que visto el nivel de visitas de este blog tendrán poca repercusión, ciertamente). Al grano, paso de largo por el principal defecto que le veo al concepto que muchos fotógrafos tienen de la fotografía callejera en el que realmente es la calle, y no la persona, la protagonista, etiquetando como street photo cualquier imagen que en el fondo no es más que una foto de arquitectura o fotografía urbana pero en la que aparece una silueta humana, aún con rasgos indistinguibles y muchas veces sospecho que añadida con Photoshop. Ojo, que siguiendo la corriente yo también he etiquetado así imágenes que entiendo “al límite” de ese concepto. Sigo. Aquí hay gente, gente reconocible, por ahí vamos bien, pero… ¿hay espontaneidad? Ciertamente la foto no está preparada, se corresponde con los preparativos de una ofrenda floral en Avila de lo que imagino un grupo de baile regional y no hay interacción previa con los fotografiados, pero de alguna manera la foto no es “espontánea” Esos modelos saben de antemano que se les va a fotografiar, lucen sus trajes y cuidan su pose aunque en el momento concreto de mi disparo (uno entre cientos) ellos no sean conscientes del mismo. Entonces ¿la etiqueto como street o no? La leche, qué tonterías nos planteamos a veces… La Catedral de Avila y un bonito cielo al fondo.
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