domingo, 7 de junio de 2015

Yo no Voy a los Toros.

 

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Carteles que han aparecido por Avila para publicitar una ¿fiesta? terriblemente deficitaria para el país (comprobad presupuestos de Ayuntamientos y Diputaciones) y que por tanto pagamos entre todos, pero en la que por encima de otras consideraciones se tortura hasta la muerta a un inocente animal.

Pulsad en la imagen para acceder a mi galería Flickr, ver el mapa de situación o los datos Exif de la foto; ver o descargar más tamaños…

3 comentarios:

Jose Ignacio Hita Barraza dijo...

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Anónimo dijo...

Primero, uno puede ser antitaurino, aficionado o ser indiferente respecto a la tauromaquia libremente en este pais, eso si, siempre con una actitud de respeto a todas las otras partes.

Los toros no recibe ninguna subvencion pública, un ayuntamiento puede conceder capital a una empresa para la celebración de un festejo (que, aparte, paga un canon por la explotación del coso al propio consistorio). Esto es comparable a las verbenas que tocan en los pueblos, o a los conciertos publicos y gratuitos en la Plaza Mayor de Salamanca o Valladolid, en estos casos nadie dice que se está subvencionando a los artistas y a las orquesta ¿verdad? Si nos pusiéramos a ver industrias culturales que viven de las subvenciones puedo asegurarle que los toros no lo son como si lo es el "cine" español. Existen infinidad de datos que demuestran que a partir de la inversión en la industria taurina el beneficio general que se genera es muy superior a cualquier otra industria cultural (es el espectaculo con más recaudación de IVA después del Fútbol)

Carlos Velayos dijo...

Hola Anónimo. Gracias por el comentario y por hacerlo con respeto.

No comparto tus argumentos, que se basan, en el mejor de los casos, en unos muy discutibles criterios económicos, pero incluso dándolos por buenos, los que creemos en los derechos de los animales entendemos que no se puede hacer negocio con ellos. Llevando además tu argumento al absurdo justificaríamos la financiación de conflictos bélicos en el extranjero, ya que España tiene una tan boyante como discreta industria armamentística. No, no todo vale si tiene rédito económico: por encima de él creo que deben prevalecer los valores éticos, y para la mayoría del país (no lo digo yo, lo dicen las encuestas) la tauromaquia es rechazable. Por otro lado en una verbena de pueblo no se tortura, salvo quizá, los oídos de los asistentes... ;)

El tema da para ríos de tinta no obstante. De nuevo te agradezco la contención en las formas.