Esta foto es de esta misma mañana. Al ir al trabajo ví como el sol comenzaba a asomar por debajo de las nubes tiñéndolas de ese hermoso y efímero color entre dorado y rojo, resplandeciente que precede al alba. Está tomada con una vieja Canon PowerShot E-410 de 3 megapíxeles que no pudo dar más de sí...
El objeto final de una foto es provocar un sentimiento en quien la ve, y a veces unas palabras ayudan a conseguirlo. Montse alguna vez ha hecho algún comentario sobre mis imágenes y las ha enriquecido con una pátina de poética sensibilidad. Pego aquí el comentario que ha dejado en esta misma entrada respecto a su foto:
Tras la lucha por conquistar un día más su cielo, ese que hoy
quería usurparle aquel espeso manto de nubes, sus rayos tomaban fuerza, tocaban
uno a uno los nubarrones grises y los teñían con su oro. Desde el privilegiado
mirador, escoltada por los cuatro postes, y a cubierto de la escarcha de la
noche bajo un recio techado, la cruz no perdía detalle...¿Quién vencerá hoy?,
parecía preguntarse.Con cada minuto, cada metro de la ciudad de Ávila se dejaba
vislumbrar en el horizonte, despertando de su sueño y deshaciéndose de las
sombras que la habían ocultado durante la noche.Y la cruz, cual fiel vigía, en
pie, seguía la contienda; a ratos juez imparcial; ahora puntos para el sol,
ahora las nubes parecen ganar fuerza... y, a ratos, aún bajo la oscuridad
nocturna, dormía...